viernes, 17 de junio de 2011

A los alumnos que se van

Éstas fueron las palabras que dirigí a los alumnos y a las alumnas que, al finalizar sus estudios, dejaron las aulas del IES Zorrilla de Valladolid en una fecha para mí muy memorable. Fue, en cierto modo, mi última clase. 





Quiero comenzar agradeciendo a Carlos Duque, nuestro Director, que haya pensado en mí para dirigiros unas palabras de despedida de este que ha sido, es y será, vuestro Instituto Zorrilla. Y lo agradezco sinceramente porque vosotros representáis la suma de esfuerzos de la labor docente. Sois el resultado del trabajo de todos los profesores y profesoras que desde la etapa preescolar han tratado de colaborar con vuestras familias en el desarrollo de vuestra formación, vuestra educación y vuestra personalidad. Reunís la labor, el trabajo y el esfuerzo de todos ellos y de la Instituciones educativas que os consideran su mejor valor. Hoy les represento y quiero, en nombre de todos, dirigiros ”unas palabras", pues eso fue lo que  Carlos me dijo. Unas palabras destinadas a evocar los seis años que, al menos, habéis pasado en el Centro.

Pensando en el reto que ello supone, descubrí que las palabras tienen mucha importancia, son la materia prima del trabajo en la educación, que no es otra cosa que comunicación de ideas y saberes  nuestro trabajo hecho con palabras que como decía Miguel de Unamuno: “Las palabras, como las emociones, nacen de una fuente remota del saber colectivo, son cosa vivida, pues  mis palabras castellanas tienen más de mil años". Y es que antes de que cualquiera de nosotros pronuncie o escriba una palabra conviene recordar que fue escrita por centenares  de maestros del idioma.

Somos herederos de algo sagrado, un intento humano por aprender la realidad, dice el poeta Luis Rosales  que las palabras son el único acontecimiento verdaderamente democrático que ha inventado esta especie desconsolada, el lenguaje que nos une. Y es a través  de las palabras como se teje día a día la educación. Que tiene como fin favorecer el desarrollo humano que no es otra cosa que el desarrollo de las sociedades desde los  principios de libertad, igualdad de oportunidades y respeto a los seres humanos, los principios de la educación pública que no debéis olvidar. Una educación pública que debe basarse en la pluralidad de la mirada. Sostiene Hanna Arendt que una idea simple y repetitiva es el principio del autoritarismo. De ahí la pluralidad necesaria para lograr unos resultados competentes, competencia entendida como preparación de calidad, no como exclusión ese es el objetivo final de la educación pública y eso es lo que sois vosotros : personas competentes.

Quiero en primer lugar pediros disculpas por nuestros errores, por todas las equivocaciones que podamos haber tenido, por esos momentos de tensión que sin duda habéis pasado dentro de las aulas,  en las clases, en los exámenes, en los pasillos  en el gimnasio o en el polideportivo recién estrenado, en los laboratorios o en la Jefatura de Estudios.  Pero tenéis que saber que desde la diversidad de materias que os hemos impartido desde esas distintas actitudes o puntos de vista, está una enseñanza concebida como el único camino para la modernidad del país. Frente al conformismo, la intolerancia o el embrutecimiento propios de la sociedad de consumo desmesurado, la enseñanza se plantea la toma de conciencia de un futuro posible que sea solidario, abierto, humano y creativo.

De una sociedad sustentada sobre lo público, tanto en el espacio físico - la ciudad  en la que vivimos o el Instituto que hoy nos acoge - como en nuestro quehacer diario a favor de lo público,  concebido como servicio a los ciudadanos y como única garantía de la igualdad de oportunidades, que recoge nuestra Constitución y tiene en la enseñanza pública una de sus principales garantías. Y es que, en palabras de Emilio Lledó, que también diera clase en estas aulas, “lo público es uno de los grandes descubrimientos de la  democracia". Los seres humanos somos esencialmente seres sociales y lo público es el lugar de la manifestación de la solidaridad, lograrlo es el papel de la enseñanza.

El triunfo de la inteligencia personal es la felicidad, el triunfo de la inteligencia social es la justicia, ya que, en palabras de Haus Kelsen, “la búsqueda de la justicia es la eterna búsqueda de la felicidad humana“. Euna felicidad que el hombre no puede encontrar por sí mismo y ha de buscarla en sociedad, hemos de realizar nuestros proyectos más íntimos como el de ser feliz, integrándolos en proyectos colectivos y compartidos. Todo fracaso de la inteligencia entraña desdicha, y así como la desdicha privada es el dolor, la desdicha pública es la injusticia, lo que justifica la importancia del conocimiento, pues es el poder del conocimiento lo que ha salvado más vidas  humanas a lo largo de la historia. Son las ideas las que han cambiado el mundo.

Si desaparece la ilusión por lo social, por lo colectivo y la educación no sabe poner freno a esa agresividad latente que anida en todas partes, a ese consumo  que aísla a la vez que satisface, entonces el hombre sociable  no tendrá ya futuro y así la enseñanza debe entenderse como esa tensión continua por ajustarse a unos proyectos viables de justicia, solidaridad, eficacia y libertad. Y hoy en cada uno de vosotros se han cumplido todos nuestros objetivos.

El primero prepararos para los estudios superiores que ahora muchos vais a iniciar, dándoos las bases firmes para asentar vuestro trabajo, el trabajo de la razón humana, que tiene, como decía  Kant “ el destino peculiar de plantearse de modo permanente problemas que no puede resolver, porque sobrepasan sus posibilidades, pero que no puede dejar de plantearse porque están metidos en el corazón de su propio ser“. Por eso la ciencia sigue viva y el futuro os pertenece. Estamos obligados  a viajar hacia el futuro, eso es lo único cierto en nuestras vidas, el incierto porvenir, el futuro distante. 

Y para los que, finalizados los estudios, os integráis ya en la vida activa, en el mundo del trabajo, esperamos haber contribuido  a satisfacer vuestras aspiraciones y a que esta integración se realice en el marco del trabajo en equipo, cuyo resultado final es el éxito profesional de un colectivo humano: la sociedad que en su conjunto, se beneficia del esfuerzo de todos. Y para los que aún os espera septiembre , quiero deciros que eso es algo por lo que muchos hemos pasado con temor, pero con la certeza de que a la luz del tiempo, no representó nada en nuestras vidas, salvo un último esfuerzo por lograr nuestra meta.

Nuestro segundo objetivo en esta etapa de la enseñanza es prepararos para la vida, desarrollar vuestra personalidad, muchos habéis  pasado aquí 6 años, entre los 12 y los 18 años. Como ha señalado  Muñoz Molina : “ es en el Instituto donde uno empieza a ser adulto, ya sin la protección familiar, a disfrutar de la autonomía personal y a cobrar conciencia de sus responsabilidades”. Y esa tarea no resulta nada fácil. Ya que es en esta edad de la adolescencia y la  primera juventud  cuando uno descubre la necesidad de abrirse camino por sí mismo, de labrarse un provenir, como se decía antes. Es esa edad difícil cuando se percibe que los padres no lo pueden resolver todo y que el futuro le pertenece a cada uno. 

Pero cuando comienza ese largo y difícil camino del esfuerzo personal y de la dura realidad encontramos  cuatro aspectos que os caracterizan en estos años y que son vuestra fuerza para el camino:

 -La belleza que da la juventud y el saberse seguro de sí mismos
- el descubrimiento del amor , que no es otra cosa , que el secreto de la felicidad compartida.
- la  amistad, infinita, insobornable  y generosa
- ese hondo sentido de la justicia que plasmáis en cada gesto.

Quiero daros las gracias por compartir vuestra juventud  con nosotros, por vuestro esfuerzo, respeto , atención y rigor, por vuestra paciencia hora tras hora y porque el contacto con vosotros nos hace sentirnos más jóvenes, mantener por más tiempo  los nobles impulsos de la juventud, lo que, a veces, los años nos arrebatan en brazos de la madurez.

Y ahora, en una segunda parte, deseo daros algunos consejos, con un único fin: que cada uno de vosotros seáis felices en el papel que os depare el porvenir, el futuro se os presenta variado, diverso, lleno de incertidumbre, donde el azar también será un elemento a tener en cuenta. Os advierto que la felicidad no es fácil de lograr, pero a mí personalmente me han servido. Solo como producto de mi experiencia personal os los trasmito, para que poco a poco vayan penetrando en vuestro corazón y los valoréis más a medida que pase el tiempo.

- Que  nunca nadie  os haga dudar de vuestra capacidad, porque habéis de saber que con esfuerzo y constancia podréis alcanzar todas las metas planteadas. Vuestro patrimonio, lo que sois y lo que seréis, es lo que tengáis en la cabeza y eso nunca nada ni nadie os lo podrá  arrebatar. Tenéis una excelente preparación capaz de enfrentarse y resolver los problemas, nunca dudéis de vosotros mismo y de vuestro esfuerzo para alcanzar lo deseado 

- Pertenece a uno de los filósofos  que con más lucidez han visto los problemas de nuestro  mundo actual ; B. Russell, no he logrado encontrar la cita exacta de sus palabras , pero su pensamiento nunca podré  olvidarlo : “ que seáis fuertes con los fuertes y débiles y generosos con los débiles”, no es una tarea fácil, lo fácil es lo contrario, pero os dará la felicidad. El trabajo honesto y la defensa de los principios de la ética, en vuestras relaciones humanas y laborales os mantendrá fuertes para siempre.

- Que descubráis cuanto antes que la felicidad está en vosotros mismos y en las personas que os rodean, que la felicidad no está en las cosas, porque las cosas no pueden quereros , solo pueden querernos las personas, que os rodeéis de personas y que sepáis que  no es necesario acaparar riquezas, puestos, honores, que no ambicionéis lo banal sino lo profundo.

           
La  felicidad es patrimonio de la mente humana, de su capacidad de ser y de sentir, y es aquí , en el ser y en el sentir donde está la felicidad. Se es lo que uno sabe, lo que somos capaces de aprender y una vez aprendido hacerlo nuestro para siempre y difundirlo a los demás. Y para que lo recordéis siempre os recitaré un poema de Tomás Salvador que así lo refleja

            Que te baste la sola
            Presencia de los seres, el prado, unos pasos.
            La imaginaria línea recta que desciende
            Por la ladera  al valle ,
            Todo lo que abarca la vista y sin emoción
            Desciende, el vuelo tan silencios de los pájaros.
            La manada dispersa
            E inmóvil como si abrevara en medio de un río
Oculta permanece la razón de las cosas
 El sendero se pierde
            Entre los helechos y la víbora se esconde.
            Reúne para dormir la sombra de las matas.
                                                                            
                                              

¿Qué hacer en los momentos más duros?  En esos  en los que incluso las personas, nuestros padres, amigos, profesores, nos abandonan, cuando nos sentimos solos, esos momentos que todos hemos tenido alguna vez. Ese es el momento de acudir a los libros que reflejan todos los sentimientos del ser humano, de acudir a la música y a toda la plasmación del arte y la creatividad humana. Es el momento de acudir a esos de nosotros que  nos contemplan desde el pasado explicándonos el porvenir. Porque los libros no nos abandonan nunca ni siquiera en los momentos más difíciles, los libros que se aprenden en la formación de la adolescencia, en la enseñanza secundaria cuando el sentimiento es más fuerte, nunca podremos olvidarlos. 

Por eso, y para que os ayude en el futuro,  hago mío este poema de José Agustín Goitysolo y os lo entrego porque siempre estará a vuestro alcance, "esperando - como escribió Gustavo Adolfo Bécquer - la mano de nieve que sepa arrancarlo”

Tu no puedes volver atrás
Porque la vida allá te empuja 
Como un aullido  interminable.
Te sentirás acorralada, te sentirás perdida o sola
Tal vez querrás no haber nacido 
Pero  tu siempre acuérdate 
De lo que un día yo escribí pensando en ti,
Pensando en ti como ahora pienso
La vida es bella ya verás
Tendrás amigos tendrás  amor
Un hombre solo una mujer
Así tomados de uno en uno , son como polvo, no son nada
Por eso siempre acuérdate  de lo que un día yo escribí  pensando en ti
Pensando en ti como ahora pienso

Espero que todos, alumnos y alumnas que me escucháis, todos, los atentos, los despistados, los elegantes, los descuidados,  rubios,  morenos o pelirrojos,  delgados, gordos,  altos,  bajos,  currantes, vagos,  apasionados, reflexivos, los tímidos y los atrevidos , todos y todas  hayáis encontrado vuestro sitio en el Instituto y espero que dejéis para siempre aquí vuestra huella para  que los que vengan después puedan  encontrar vuestras mejores cualidades  y  desarrollar su personalidad y enriquecerla, como hemos hecho todos con las enseñanzas del pasado. ¡ Cuidado, chicos, si tenéis que mirar al hombre del tiempo para saber de qué lado viene el viento! ¡Cuidado con los huracanes que soplan ahí,  fuera de la valla!
           
Para finalizar quisiera deciros que casi siempre los adultos somos capaces de sobrevivir a todo porque utilizamos el paso del tiempo y el recuerdo para hacernos trampas y al final recordamos del pasado solo los mejores momentos, es decir solo los buenos, esos momentos en que lo vivido  aparece de nuevo como si volviéramos a sentirlo y , no es menos cierto que se desvanecen  como el humo muchas cosas que en el presente agitan el corazón. Por esa razón espero que volváis por aquí, por vuestro Instituto; en él siempre seréis bien recibidos, bajo estos gruesos muros aprendisteis muchas cosas e iniciasteis el camino  más importante de vuestras   vidas: el camino del adulto. Volved, cuando gustéis, a este Centro de enseñanza pública,  que es eterno y  sobrevive al que lo mira, y tened en cuenta, como bien ha advertido Julio Llamazares, que no es menos cierto que  a veces de nada sirve regresar a los orígenes, ya que, aunque los paisajes permanecen inmutables,  ¡una mirada jamás se repite!
 


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